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¿Qué es la distimia?
La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, es un tipo de depresión de carácter crónico, que aunque leve, se caracteriza por ser de larga duración. Se distingue por un estado de ánimo depresivo continuado que debe manifestarse durante un periodo mínimo de dos años, con intensidades menores a una depresión mayor.
Este trastorno no simplemente abarca una tristeza normal, el decaimiento anímica es mas profundo intenso y duradero, generando un malestar significativo que afecta al funcionamiento habitual y actividades cotidianas y sociales en el día a día de una persona. Es importante destacar que este estado depresivo persistente no remite completamente por más de dos semanas seguidas durante ese período inicial de dos años.
Diferencias entre la distimia y el trastorno depresivo mayor
La diferencia entre la distimia y el trastorno depresivo mayor reside en la duración de la sintomatología, ya que una depresión mayor requiere una duración mínima de dos semanas de síntomas, y la distimia se caracteriza por un estado de ánimo crónico y persistente, que se mantiene al menos durante dos años.
Hay que tener en cuenta que los síntomas asociados a la Distimia suelen ser de menor intensidad o más atenuados que los de un episodio depresivo mayor. A pesar de esta intensidad más suave, la naturaleza prolongada de la afección la convierte en un trastorno igualmente incapacitante para quien la padece.
¿Cuáles son los síntomas de una distimia?
Los síntomas de la distimia son muy parecidos a los síntomas de una depresión, entre los que encontramos:
- Peor estado de ánimo: Causado por la tristeza, irritabilidad, vacío persistente y una visión pesimista del futuro
- Falta de energía y motivación: Caracterizado por una fatiga crónica, dificultad para realizar tareas cotidianas y una falta de energía y motivación
- Problemas para dormir ya sea por insomnio (falta de sueño) o por dormir en exceso (hipersomnia)
- Disminución o falta de apetito
- Baja autoestima y periodos de indecisión, con tendencia al aislamiento social y la falta de claridad para tomar decisiones
¿Qué provoca la distimia?
La distimia puede estar causada por una combinación de factores desde lo biológico, hasta lo psicológico y lo ambiental.
Factores psicológicos y de personalidad
Los rasgos de personalidad como el perfeccionismo, pesimismo crónico o tendencia a la autocrítica incrementan la vulnerabilidad psicológica y la probabilidad de padecer distimia.
Factores genéticos y biológicos
El riesgo de desarrollar distimia aumenta en personas con antecedentes familiares de depresión o el mismo trastorno. El foco está en la neuroquímica cerebral desde el punto de vista biológico, ya que el desequilibrio de neurotransmisores clave como la serotonina, dopamina o noradrelina, son factores determinantes y afectan al estado de ánimo del individuo.
Pueden ocurrir desencadenantes externos como eventos vitales traumáticos (problemas económicos, pérdida de alguien querido, divorcios..), que si se convierten en un estrés crónico sostenido, pueden derivar en el desarrollo de la distimia. La falta de apoyo social o integración social también se considera un factor de riesgo relevante.
¿Es la distimia incapacitante?
La distimia, al no tratarse correctamente, tiene el potencial significativo de ser incapacitante para la vida de una persona, ya que dificulta el funcionamiento diario en tus hábitos y actividades del día a día. A nivel personal, al persistir la baja autoestima y desesperanza, se limitan activamente las oportunidades de crecimiento, impidiendo que la persona sienta ambición por perseguir metas profesionales o personales. Este malestar a menudo conllevan al deterioro de las relaciones y elevan el riesgo de comorbilidad con otros problemas de salud.
¿Cómo salir de la distimia? Tratamiento y consejos
El abordaje profesional se centra típicamente en dos pilares, tratamiento a través de medicamento y a través de la psicoterapia:
Tratamiento farmacológico a través de medicamentos: Existen diversos antidepresivos eficaces para tratar la depresión crónica. Es crucial mantener la adherencia al tratamiento, incluso si los efectos completos tardan entre 4 y 6 semanas en manifestarse. El paciente debe consultar siempre a su médico antes de interrumpir la medicación, ya que a veces es necesario ajustar la dosis o cambiar de fármaco para optimizar los resultados.
Tratamiento psicológico a través de la terapia: Los tratamientos psicológicos más efectivos incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC), la activación conductual y la terapia interpersonal. La terapia se enfoca en modificar la visión distorsionada del paciente sobre sí mismo y su entorno, mejorar las habilidades interpersonales y sociales, y proporcionar estrategias para manejar pensamientos y creencias negativas. Un énfasis particular se pone en la programación de actividades obligatorias y gratificantes para romper la apatía y el aislamiento, así como en el entrenamiento de atención plena (mindfulness) para la prevención de recaídas.
Asímismo, los consejos y prácticas que se recomiendan llevar a cabo para salir de la distimia son los siguientes:
- Buscar apoyo profesional y personal: Consulte a un profesional lo antes posible si sospecha de depresión. Trate de estar con otras personas y confiar en su círculo cercano, permitiendo que familiares y amigos le ayuden. Es mejor evitar el aislamiento.
- Gestionar tareas y metas personales y profesionales: Establezca metas realistas, reduzca la carga y evite asumir demasiadas responsabilidades. Divida las tareas grandes en pasos más pequeños y manejables, priorizando lo esencial.
- Salud física y buenos hábitos: Haga actividad física con regularidad y siga una dieta saludable. Evitar el alcohol y las drogas es fundamental, ya que estas sustancias suelen exacerbar los síntomas depresivos.
- Posponer decisiones cruciales: Las decisiones importantes (cambios de trabajo, divorcios, etc.) deben posponerse hasta que la depresión haya remitido. Antes de un cambio vital, es recomendable consultar con personas de confianza que tengan una visión objetiva de su situación.
Referencias externas
- Asociación Estadounidense de Psiquiatría. (2014). Trastorno depresivo persistente (Distimia). En Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed., pp. 155–160). Arlington, VA: Editorial Médica Panamericana.
- GuíaSalud (Programa de Guías de Práctica Clínica en el Sistema Nacional de Salud). (2023). Revisión de la Guía de Práctica Clínica sobre el manejo de la depresión en el adulto (2014). Recuperado de https://portal.guiasalud.es/wp-content/uploads/2023/05/gpc_534_depresion_adulto_avaliat_revision_2023.pdf.
- López, M. J. (2024). Trastorno depresivo persistente: Evaluación clínica y abordaje psicoterapéutico desde la terapia cognitivo conductual. Estudio de caso único. Revista Clínica Contemporánea, 1(1), 1-15. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2867904.pdf.
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