Una droga es una sustancia vegetal, mineral o animal que tiene un efecto estimulante, alucinógeno, narcótico o deprimente.
La drogadicción es una enfermedad recurrente caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivos de la droga a pesar de sus consecuencias negativas. Se la considera un trastorno mental porque genera cambios funcionales en los circuitos del cerebro que participan en la recompensa, el estrés y el autocontrol produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la enajenación mental o la muerte. Esos cambios pueden durar mucho tiempo después de que la persona deja de consumir drogas.
La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etcétera.