El estrés es la forma cómo el cerebro y el cuerpo responden a cualquier demanda, por lo que se trata de un proceso fisiológico y psicológico natural. Cualquier tipo de demanda o factor estresante – como el ejercicio, el trabajo, la escuela, cambios importantes en la vida o acontecimientos traumáticos – puede causar estrés.
Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. Algunas personas pueden lidiar con el estrés de forma más eficaz o recuperarse de los acontecimientos. El estrés es una respuesta natural del cuerpo a la presión o al riesgo, y tiene una función positiva que nos ayuda a estar alertas en momentos de peligro o crisis, a tener más energía y a agudizar nuestra rapidez mental. El problema es cuando se convierte en un estado crónico y cualquier cosa nos produce estrés. El estrés crónico se produce cuando una situación de estrés se alarga en el tiempo, y sus síntomas permanecen día tras día sin que exista ya ningún desencadenante.
Aprender a gestionarlo puede ayudarnos a ser más rápidos, efectivos y productivos, utilizando sus ventajas cuando es necesario, y reduciéndolo o dejándolo a un lado cuando no lo es. Los ejercicios de psicología cognitiva y las técnicas de relajación pueden ayudarnos a reducir el estrés en nuestro día a día.
Las personas pueden tener síntomas diferentes al estrés. Por ejemplo, algunas experimentan principalmente síntomas digestivos, mientras que otras pueden tener dolores de cabeza, insomnio, tristeza, ira o irritabilidad. Las personas que tienen estrés crónico son propensas a tener infecciones virales más frecuentes y graves, como la gripe o el resfriado común.
El estrés de rutina (“burnout”) puede ser el tipo de estrés más difícil de notar al principio. Debido a que la fuente de estrés tiende a ser más constante que en los casos de estrés agudo o traumático, el cuerpo no recibe ninguna señal clara para volver a funcionar normalmente. Con el tiempo, la tensión continua sobre el cuerpo debido al estrés de rutina puede contribuir a problemas graves de salud, como las enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes y otras enfermedades y también trastornos como la depresión o ansiedad.